MARÍA GIUFFRA
EXPOSICIONES
2011 MI/TU/SU - VERSIÓN, Congreso Nacional, Bs.As
2010 Familia y exilio. PSOE, Bs.As
2009 Exilio y retratos. Galería A. BUSTILLO, BANCO NACIÓN, Bs.As
2007 Los niños del proceso. CASA ROSADA, Bs.As
2006 Los niños del proceso. PLAZA DEFENSA, Bs.As
2006 Como una imagen, con Paula Salischiker y Marcela Mouján, ESPACIO ELCÉCTICO, Bs.As
2005 Los niños del proceso. MUSEO MINNICELLI, Río Gallegos
2003 Los niños del proceso. CONGRESO DE LA NACIÓN, Bs.As
2003 Instantáneas de Belize. INSTITUTO DE MÉXICO EN BELIZE, Belize City
1998 DESAPARECIDOS DE LA PUEYRREDÓN
2009 Exilio y retratos. Galería A.
BUSTILLO, BANCO NACIÓN, Bs.As
10 de diciembre de 2008
Buenos Aires
A propósito de mi muestra “Exilio y retratos”
Cuando Ana Perissé me preguntó cuál sería el título de la exposición, pensé que “retratos” era el título de la serie justamente de retratos que vengo pintando hace varios años, paralelamente a “los niños del proceso”, y a otras cosas. Son retratos de personas de mi entorno, amigos, familiares o quién sea que me llamó la atención por lo pictórico de la imagen. Veo cuadros ene scenas que tienen una luz, un color o un personaje exquisitos. De ahí luego intento captar con el dibujo y/o color ese momento. Con el perro amazónico fue realmente mágico ya que él me miraba como ahora mira desde el cuadro. El color de su lomo se camuflaba con su entorno: suelo, choza, paisaje, incluso con las gallinas de tan flaco y chiquito que era. Cada retrato tiene una historia que es suya y nada más, un momento en el que creí ver más allá de lo visible y creí captar algo esencial.
Con la otra parte de la muestra pasan cosas tan distintas que casi son opuestas: son partes de la misma historia. Dicen y hablan de lo mismo. Dialogan y conviven, se complementan y se completan entre ellas. Se necesitan. Cuando ví el conjunto de cuadros unidos por el criterio de Ana, inmediatamente ví San Pablo, ví Brasil. Mi infancia, mi casa, mi interior. El exilio de un niño (¿debería llamarse exilio si hablamos de un niño?), algo que sólo podemos comprender entendiendo qué es una contradicción, me resulta, desde hace algún tiempo, algo terrible. Algo que siempre tomé con total naturalidad: simplemente es mi historia. Ahora me doy cuenta de que no fue tan natural para mí siendo niña, se me hizo natural con el tiempo, con la sociedad, con la gente, con la educación y con la moral del pueblo. Me tuve que acostumbrar.
2007 Los niños del proceso.
CASA ROSADA, Bs.As
(a propósito la exposición “los niños del proceso”, en Casa de Gobierno. 2007)
Un montonero en la casa rosada.
Ese es un pensamiento que he tenido varias veces acerca de mi padre.
Trabajaba en el departamento de arquitectura, haciendo planos, dibujo técnico. Más exactamente en un lugar llamado “casa militar”. Sé también que diseñó el muro que rodea la quinta de Olivos, sí, la quinta presidencial.
Un montonero que diseña el muro que rodea la quinta presidencial. Un montonero (clandestinamente montonero) que trabaja dentro de la Casa Rosada. Que aprende a usar armas porque un guardia de la casa rosada le dijo una vez: “vení pibe, vamos a la terraza a tirar a las palomas” con la misma naturalidad que le dijo también: “vení pibe, vení con nosotros que trajimos unas películas pornográficas para ver”. Y los policías se encerraban vaya a saber en qué cuartito de la rosada a ver las pornos. Y parece ser que mi padre se prendía cuando iban a la terraza a usar las armas. Así aprendió a usar armas: con los policías de la rosada. No conozco ninguno de los detalles de estos hechos, sólo sé a grandes rasgos estas historias porque mi padre le contaba a mi madre y mi madre me cuenta a mí.
La cuestión es que mi padre, a veces, para mí es un joven militante, que estudiaba arquitectura, que era ayudante de cátedra en la UBA, que trabajaba en la Casa Rosada en el departamento de arquitectura y que diseñó la muralla que rodea la quinta presidencial. También sé de él que era fanático de El Eternauta y del Corto Maltés, que admiraba a Patricio Lumumba, que le gustaba muchísimo la historia y que dibujaba muy bien. Sé por muchos amigos de él que están vivos, y por gente que lo conoció, que era muy buena persona. Que se podía contar con él, que era solidario con los demás, ya sean amigos o no. Su mejor amigo, Julio, me ha contado infinidad de travesuras que hacían en la escuela. Me quedan sobre todo grandes baches, grandísimos baches al pensar en mi padre. Por ejemplo no sé cuál era su voz. Cómo se movía, cómo caminaba. Cómo hablaba, eso me intriga muchísimo: su manera de hablar. Tengo fotos de él: mi gran tesoro. Conozco su cara, de serio, de contento, riéndose, sorprendido, de lejos, de cerca, a la mañana, tengo fotos de él recién despierto con los pelos despeinados. Tengo fotos de él en la casa que compartimos él y yo junto a mi madre. Yo decoro mi casa muy parecido a cómo ellos decoraron nuestra casa. Había mucha luz, y mi casa de ahora también es muy luminosa.
Primavera de 1971. Estudiantes de la Pueyrredón y la Belgrano deciden tomar las escuelas. En Las Heras ocupan la rectoría y desde sus balcones cuelgan carteles que expresan sus demandas: “queremos la escuela abierta” reza uno de ellos. Quieren seguir estudiando porque el ministerio del gobierno militar prohibírselos. Quieren, también un nuevo plan de estudios porque el vigente es caduco. Quieren docentes capacitados porque los que tienen son incapaces. Quieren un arte ligado a las vivencias del pueblo porque comprenden que a él le pertenece. Quieren cogobernar la escuela porque saben que es su derecho.
Estos estudiantes quieren revertir la realidad de un sistema injusto, tanto en lo educativo como en lo social. Quizás porque tomaron conciencia de que eran los protagonistas del cambio y que nadie iba a cambiar las cosas por ellos, ni el gobierno, ni el ministerio ni los directores y rectores. La participación de los estudiantes es fundamental. Su ausencia en la toma de decisiones deja estéril cualquier proyecto. Son años de efervescencia. De grandes movilizaciones populares. Lo que sucede en las escuelas de bellas artes es reflejo y a la vez imagen de lo que acontece en el país. El pueblo gana las calles. A la gran revuelta del cordobaza le suceden otros “azos”: el cuyanazo, el ferreyrazo, el viborazo. Aparecen los sindicatos clasistas, las ligas agrarias, los sacerdotes del tercer mundo, las organizaciones armadas.
Luego vendrán las elecciones del 73 pero también el accionar de la Triple A, que comienza a asesinar a los cuadros más combativos del campo popular. El golpe militar del 24 de marzo concluiría esa tarea desapareciendo a 30.000 compañeros, instaurando el terrorismo de Estado, sembrando el miedo en la sociedad e iniciando en lo económico, la venta del país.
Hoy vivimos, todavía, las consecuencias de esa derrota. Una sociedad diezmada, sin ideales y fundada en el olvido y la mentira.
Como grupo, nuestros principales objetivos son:
- La reconstrucción de la historia de esa década para rebatir las versiones oficiales que niegan, alteran o mienten sobre lo ocurrido.
- La recuperación de la memoria colectiva como forma de reconocernos en un pasado y así poder transformar el presente.
- La reivindicación de la lucha de los años 70 y la realización de un homenaje a nuestros compañeros desaparecidos y asesinados porque no hay dos demonios y sí hubo un terrorismo de Estado que masacró a una generación que luchaba contra un sistema económico y social injusto y que hoy continúa vigente.
SEPTIEMBRE ’71 se forma a partir de una charla con la organización HIJOS en octubre de 1996 en la escuela. En ese momento surge la idea de investigar lo sucedido en la Pueyrredón en la década del ’70. En abril de 1997 comienza la investigación. Luego de entrevistar a ex estudiantes y docentes de la escuela y de acceder a material documental, se pudo arribar a una serie de datos. En 1er lugar una reconstrucción histórica que se publicó en dos informes. En 2do lugar y a pesar de que las autoridades de la escuela nunca lo reconocieron, sabemos por vía testimonial y documental la existencia de por lo menos 5 estudiantes desaparecidos: Carlos Mayor (1975), Celia López Alonso (13/10/76), Raúl Tórtola (14/12/77), Laura Irene Dorfman (10/5/78) y Marisa Bordini (25/12/77).
Convocamos a todos los que quieran participar de este trabajo o acercar información. Nos reunimos todos los lunes a las 18.30hs en el hall central de la sede central.
EL ÚNICO HOMENAJE VÁLIDO A LOS COMPAÑEROS ES CONTINUAR LA LUCHA
grupo
SEPTIEMBRE ‘71